Por Mercedes Cueli, Fisioterapeuta – Clínica Cueli
El envejecimiento es un proceso natural que hace que el cuerpo vaya presentando cambios tanto anatómicos como funcionales, siendo estos últimos los causantes de una mayor dificultad en la ejecución de las actividades diarias y comprometiendo así la calidad de vida y la autonomía.
Nos gusta utilizar el término ADULTOS MAYORES JÓVENES para referirnos a las personas con edad comprendida entre los 60 y los 74 años que son los que poco a poco van acudiendo a nuestras clases de pilates, a través, bien de una recomendación facultativa o simplemente porque alguien que ya conoce los beneficios del método les ha animado a apuntarse.
La primera toma de contacto en una clase grupal suele llevar consigo un punto temeroso, «podré hacer la clase hasta el final?«, «son difíciles los ejercicios?» «me perjudicará o sentiré dolor después de la clase?»
Esta serie de dudas y muchas más, poco a poco se van disipando gracias a un trabajo personalizado o con clases grupales con un número reducido de alumnos.
Siempre que el instructor sepa adaptar los ejercicios y su intensidad a las necesidades individuales, conseguiremos que nuestros alumnos se “enganchen” y hagan del pilates una herramienta fundamental para conseguir beneficios como:
- Mejorar la fuerza
- Aumentar la densidad ósea
- Equilibrio muscular
- Conciencia corporal
- Concentración
- Coordinación motora
- Flexibilidad
- Mejora de la capacidad respiratoria
- Alivio de dolores musculares
- Mejor movilidad
- Aumento de la autoestima
Todo esto puede ofrecer un retraso o estabilización en el proceso de envejecimiento promoviendo una mejor calidad de vida para nuestros alumnos.